Max Verstappen sostiene que los modernos coches de Fórmula 1 no pertenecen a los circuitos callejeros. El cuatro veces campeón del mundo ha criticado en varias ocasiones el tamaño y el peso de los actuales bólidos. Según él, esto afecta al rendimiento, especialmente al perseguir a la competencia. Por ello, el holandés considera que es prácticamente imposible competir adecuadamente en las calles de, por ejemplo, Mónaco.
Verstappen fue recientemente invitado al podcast Pelas Pistas junto con su colega y buen amigo Gabriel Bortoleto. Los pilotos Christian Fittipaldi y Nelsinho Piquet les hicieron preguntas sobre la categoría reina. Así, se le preguntó al holandés su opinión sobre los circuitos callejeros. «Un coche de Fórmula 1 no tiene nada que hacer allí», afirmó tajantemente Verstappen. Fittipaldi apoyó inmediatamente su afirmación. «Mira, por ejemplo, Mónaco», añadió el brasileño. «Los coches son simplemente demasiado grandes».
«Supongamos que Mónaco nunca hubiera estado en el calendario», continuó Verstappen. «Si entonces se acercaran a la Fórmula 1, todo el mundo diría: ‘Lo siento, eso es imposible’. Solo competimos allí por el aspecto histórico, lo cual está bien». Según Verstappen, esto no cambia el problema fundamental: «Estos coches son demasiado largos, demasiado anchos y demasiado pesados», continuó con vehemencia. «Esto también afecta a la carrera. A altas velocidades, por supuesto, pierdes algo de downforce cuando sigues a alguien, pero eso todavía se puede controlar. El mayor problema está en las curvas lentas; debido a la aceleración, simplemente empiezas a deslizarte si estás justo detrás de alguien. Ahí es donde pierdes mucho tiempo».
Sin embargo, Verstappen reconoció que los circuitos callejeros también tienen su encanto. «Mónaco siempre será un desafío, especialmente en la clasificación, donde realmente tienes que conducir al límite y hacer todo bien. Lo mismo ocurre con Bakú. Ese tampoco es un circuito fácil, especialmente con la frenada a altas velocidades. Eso es realmente difícil de dominar. Para mí, esos dos son los más difíciles».
