Oliver Bearman comparte sus propias experiencias en Nordschleife. Al novato se le preguntó acerca de sus aventuras en el circuito alemán a raíz del debut en carrera de Max Verstappen en Nürburgring. Bearman revela cómo, a los quince años, dio unas vueltas en el circuito alemán con su familia: ‘Mi madre no paraba de gritar durante toda la vuelta’.
Max Verstappen cambió su RB21 por un coche GT durante un fin de semana y obtuvo su licencia para el famoso Nordschleife Nürburgring en su tiempo libre entre los Grandes Premios de Italia y Azerbaiyán. El holandés ya ha recibido muchos elogios de sus colegas de la Fórmula 1 por su incursión. Nico Hülkenberg, por ejemplo, calificó a Verstappen como un ‘piloto apasionado’, mientras que Alexander Albon se quitó el sombrero ante su antiguo compañero de equipo.
Oliver Bearman, en su primer año en la Fórmula 1, también está impresionado con el piloto más experimentado. «Espero que algún día en mi carrera llegue a un punto en el que pueda conducir lo que quiera, como Max, y hacerlo puramente por pasión», dice Bearman en Azerbaiyán. «Por supuesto, todavía no estoy allí, pero es impresionante ver lo que puede hacer y cuán talentoso es como piloto. Es increíble. Creo que probablemente es el mejor piloto que hemos visto»
La aventura de la familia Bearman en Nordschleife
El británico aún no tiene mucha experiencia con el ‘Infierno Verde’ en Alemania. «Solo en el simulador», admite Bearman. «Sí di una vuelta con mi padre cuando estaba compitiendo en el circuito GP de la Fórmula 4 alemana. Fue durante la COVID, así que trajimos nuestro coche familiar desde el Reino Unido. Un Audi Q7. Yo tenía quince años, así que no podía conducir. Nos permitieron dar tres vueltas, y yo tenía que decirle a mi padre qué curvas venían a continuación».
No todos los miembros de la familia Bearman pudieron disfrutar de las vueltas en Nordschleife. «Después de la primera vuelta, mi madre ya quería salir del coche, porque no paraba de gritar durante toda la vuelta. Durante la segunda vuelta pudimos ir más rápido, pero al final de esa vuelta tuvimos que parar. El líquido de frenos estaba saliendo de las pinzas de freno. No fue genial, y decidimos no hacer la última vuelta, porque necesitábamos el coche al día siguiente para ir a la escuela».