Laura Villars como presidenta de la FIA, es un pensamiento inspirador. Un cisne joven en un estanque lleno de pirañas.
Los presidentes de las grandes federaciones deportivas en el pasado a menudo eran hombres de mediana edad o mayores con un gran ego que no se tomaban las reglas muy en serio. Desde el fútbol (João Havelange, Sepp Blatter, Michel Platini) hasta el movimiento olímpico (Juan Antonio Samaranch) y desde el atletismo (Primo Nebiolo, Lamine Diack) hasta el voleibol (Ruben Acosta). No solo servían al deporte, sino también, o principalmente, a sí mismos. Solo tienes que buscar en Google o AI, los escándalos son demasiado numerosos para una sola columna. Corrupción, soborno, abuso de poder, nepotismo: parecía ser parte del juego en aquellos días.
En el automovilismo, también tuvimos presidentes clásicos con costumbres y pasatiempos particulares, como Jean-Marie Balestre, Max Mosley, Jean Todt y Mohammed Ben Sulayem. Personalidades diversas, pero con un denominador común: amor por el estatus y el poder. El 12 de diciembre, el actual presidente de la FIA, Ben Sulayem, será reelegido para un nuevo mandato de cuatro años, si el hielo y el clima lo permiten.
¿La semana de Laura y Max?
Solo Laura Villars se resiste un poco. Como una variante moderna de la historia bíblica de David contra Goliat, ha exigido en un tribunal de París la suspensión de las elecciones debido a irregularidades procesales. Este miércoles, unos días antes de la última carrera de la temporada en Abu Dhabi, se espera el fallo. Podría ser la semana de los desvalidos, Max Verstappen en la pista, Laura al margen.
Ben Sulayem una vez escribió en su sitio web personal que detesta a las mujeres que piensan que son más inteligentes que los hombres. Me imagino que no está muy contento con la acción de protesta de Laura Villars contra su reinado.
¿Cómo fue todo de nuevo? Durante mucho tiempo, Ben Sulayem parecía ser el único candidato a la presidencia. Hasta que primero el estadounidense Tim Mayer se presentó en el frente, seguido poco después por Laura Villars. Mayer quería principalmente ajustar cuentas con Ben Sulayem, a quien acusó de llevar a cabo un régimen de terror antidemocrático y de crear una cultura de miedo en las oficinas de la FIA. Villars estaba más impulsada por ideales y quería modernizar la FIA y recuperar la confianza. Su candidatura, escribió, era «no un acto de oposición, sino de protección».
Sin embargo, su candidatura fue sofocada por la letra pequeña en los reglamentos de la FIA y una posición estratégica clave de Fabiana Ecclestone. Sí, la esposa de. Fabiana Ecclestone es la vicepresidenta en representación de Sudamérica y ya se ha unido al equipo de Ben Sulayem, lo que hace prácticamente imposible que los opositores al presidente actual se postulen. Hablé con Ben Sulayem a principios de esta temporada en Silverstone. La entrevista tuvo lugar el día después de que Mayer se presentara como candidato opositor. Me sorprendió que el siempre alegre Ben Sulayem no parecía preocupado en absoluto. Ahora entiendo por qué.
Bastión conservador
Nadie en el automovilismo se hace ilusiones. Ben Sulayem gobernará durante los próximos cuatro años. Pero aún así, Laura Villars como presidenta, me habría parecido maravilloso. Un cisne joven que se adentra sin miedo en un estanque lleno de pirañas para hacer el deporte más hermoso y sostenible para el futuro. En una época en la que el cumplimiento, la inclusión y la transparencia son importantes, ella realmente podría haber hecho la diferencia.
El automovilismo es sinónimo de innovación, con la Fórmula 1 como buque insignia. Pero mientras tanto, la FIA seguirá siendo un bastión conservador en los próximos años. A menos que ocurra un milagro el miércoles.
