El ingeniero Kees van de Grint, experto en neumáticos de Bridgestone, fue un eslabón esencial en el éxito de Ferrari a principios de este siglo, que a través de Michael Schumacher obtuvo cinco títulos mundiales. Sin embargo, no todos siempre estuvieron satisfechos con el caucho japonés.
En el Classic Special, Kees van de Grint, quien trabajó casi medio siglo para Bridgestone, reflexiona ampliamente sobre los días de gloria de su empleador japonés con Ferrari. Especialmente en los llamados debriefs, las cosas a veces se ponían intensas, dice Van de Grint.
«Después de la carrera, siempre teníamos dos debriefs en Ferrari. El primero era con los pilotos: Michael Schumacher y Rubens Barrichello. Ross Brawn (director técnico) siempre presidía y decía: ‘Ok, Bridgestone está aquí, vamos a discutir los neumáticos con los pilotos primero’. Yo estaba en esos debriefs y siempre había un japonés. Rubens y Michael eran muy diplomáticos en esas reuniones, nunca agresivos», recuerda Van de Grint.
Pero no ese día después de una carrera. «Una vez se le preguntó a Rubens sobre los neumáticos. ‘¿Qué te parecieron?’ A lo que él respondió: ‘Tenía la sensación de que estaba conduciendo con neumáticos Flintstone’. Todos se rieron», dice Van de Grint. «Excepto el japonés que estaba sentado a mi lado. Dijo: ‘No tenemos neumáticos Flintstone…’ No entendió la broma. Luego me preguntó qué tipo de neumáticos eran los Flintstone. ‘Rubens pensó que eran un poco duros’, respondí cortésmente.
«Fue un tiempo estupendo con Ferrari», opina Kees van de Grint. «El fabricante de neumáticos era parte del equipo. Un caso único, todo encajaba»
