Toto Wolff sigue siendo buen amigo de Lewis Hamilton. A finales del año pasado, el británico decidió cambiar su uniforme de Mercedes por uno de Ferrari, pero aún visita con frecuencia a su antiguo empleador durante los fines de semana de carreras. Hamilton también acude a menudo al austriaco en busca de consejo en asuntos personales, según revela Wolff.
La larga colaboración entre Lewis Hamilton y Mercedes llegó a su fin en 2024. El británico anunció en febrero que cambiaría las Flechas Plateadas por Ferrari, pero permaneció en Mercedes hasta el final de la temporada anterior. Toto Wolff revela cómo su equipo intentó evitar que surgieran «sentimientos hostiles» entre el piloto que se iba y su equipo de entonces.
«Cuando decidió irse, podría haber sido muy incómodo, al borde de lo hostil, y discutimos activamente cómo podríamos evitarlo», dice Wolff en una entrevista con el Wall Street Journal. «Todos hicimos nuestro mejor esfuerzo para ser complacientes y comprensivos»Eso último parece haberse logrado con éxito, ya que Hamilton y Wolff siguen siendo buenos amigos en 2025. «Lewis sigue siendo un amigo. Incluso viene a la oficina durante el fin de semana», continúa Wolff. «Habla con los ingenieros, come algo. También suele viajar conmigo de regreso después de un Gran Premio. Entonces volvemos a reunir a la vieja pandilla: Valtteri Bottas, George Russell, Lewis Hamilton y yo volamos juntos de regreso».
Consejos de Wolff
Actualmente, Ferrari y Mercedes ocupan el segundo y tercer lugar en el campeonato de constructores, con una diferencia de solo 12 puntos del Campeonato Mundial. Sin embargo, según Wolff, esto no tiene ningún efecto en la relación entre Hamilton y el austriaco. «Intento ser muy abierto con Lewis y decirle: ‘Escucha, en la pista queremos vencerte. No hay duda al respecto. Pero hemos sido amigos durante doce años. Nos confiamos mutuamente'».
La amistad entre los dos es tan fuerte que Hamilton incluso acude a su antiguo jefe de equipo para pedir consejo en asuntos personales. «Vivo una vida diferente a través de sus ojos, sabes», explica Wolff. «Me muestra con quién está coqueteando y con quién está saliendo, y luego pregunta: ‘¿Debería ir a por esta chica o no?’ Y yo digo: ‘Sí, deberías hacerlo, ¡y luego dime cómo fue!'»