En la Fórmula 1, todo gira en torno a la estrategia, no solo en la pista, sino también fuera de ella. Equipos como Ferrari se enfrentan a una elección crucial al comienzo de la temporada: apostar todo por el desarrollo de su coche para 2025, o centrarse principalmente en 2026, cuando entra en vigor un nuevo reglamento técnico.
Las primeras carreras del año proporcionan a los equipos una indicación de su verdadera competitividad. Si el coche es lo suficientemente bueno para competir por el título, vale la pena seguir desarrollándolo y entrar en la lucha. Pero si resulta que Max Verstappen o McLaren tienen una vez más una ventaja insuperable, puede ser más inteligente desplazar los recursos hacia 2026. Esas nuevas reglas ofrecen la oportunidad de construir una ventaja tecnológica y reorganizar el orden jerárquico en la Fórmula 1.