David Richards, presidente de Motorsport UK, se enfrenta al presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem. Richards, que ocupa un puesto importante en el Consejo Mundial de Deportes de Motor, fue excluido de una reunión la semana pasada porque se negó a firmar un acuerdo de confidencialidad. El británico habla de una ‘degradación de la responsabilidad de la FIA’ y amenaza con acciones legales.
David Richards y el subdirector deportivo de la FIA, Robert Reid, fueron recientemente excluidos de una reunión del Consejo Mundial de Deportes de Motor porque se negaron a firmar un acuerdo de confidencialidad, conocido como NDA. Se prohibió a los participantes discutir asuntos relevantes fuera de las reuniones oficiales. Mohammed Ben Sulayem habría dado entonces la orden de excluir a Richards y Reid. El primero ha escrito una carta contundente a todos los miembros de Motorsport UK, en la que critica la actuación de Ben Sulayem.
El inglés indica que apoyó a Ben Sulayem en su nombramiento en 2021. Sin embargo, ahora habla de la ‘falta de cumplimiento de promesas’ en una situación que ‘ha empeorado gradualmente’. «Además, la autoridad de la comisión de control y la comisión ética se ha limitado seriamente», dice Richards. Según él, la firma obligatoria de un acuerdo de confidencialidad es la gota que colma el vaso. «Todo se considera ahora confidencial, lo que significa que no necesariamente puedo compartir lo que considero información relevante», explica. «Además, la FIA puede decidir a su discreción si alguien ha violado los términos del nuevo acuerdo»
Acciones legales
Richards reveló además que la violación de esta obligación de confidencialidad conllevaría una multa inmediata de nada menos que 50.000 euros. El equipo legal de Motorsport UK ya ha intentado impugnar su exclusión de la reunión, pero la FIA aún no ha respondido. Richards concluyó su carta anunciando que, si no recibe respuesta, se verá obligado a tomar más acciones legales.
Mohammed Ben Sulayem ha estado en el centro de la controversia varias veces desde que asumió el cargo en diciembre de 2021. Su enfoque en la Fórmula 1, los cambios en los estatutos que reducen la responsabilidad, el despido de figuras clave de la FIA y las nuevas reglas sobre el comportamiento público de los pilotos han dañado su imagen. Sin embargo, espera presentarse nuevamente para la presidencia de la FIA a finales de este año. Los expertos especulan que la implementación de una obligación de confidencialidad tiene como objetivo evitar la cobertura negativa. También se especula que quiere dificultar la tarea a los posibles oponentes en las elecciones presidenciales. Se rumorea que la directora de la F1 Academy, Susie Wolff, está interesada en su puesto.