El Día de Carreras en Assen es una celebración para los amantes del automovilismo en general y de la Fórmula 1 en particular. Este evento, que ya es una tradición, celebra su 25ª edición este año, con el RB7 de Red Bull como principal atracción. Al volante: David Coulthard, quien sigue siendo muy popular entre los aficionados.
Aunque no es Max Verstappen, la popularidad de Coulthard en Assen es indiscutible. El ex piloto de Fórmula 1 de Escocia demostrará varias veces este fin de semana el poder del RB7 durante las carreras de exhibición. Esto atrae mucho interés durante el Día de Carreras anual en el Circuito TT.
«Siempre es genial hacer demostraciones, acercar el deporte a la gente. Y sí, sé que suena a cliché, pero es realmente así. Lo ves en Assen, en la ciudad y en el circuito», dice Coulthard entre actuaciones. «Todo el mundo sabe que los Países Bajos están locos por el automovilismo. La influencia de Max Verstappen es evidente, es maravilloso. Pero la gente aquí también son verdaderos aficionados».
El público se maravilla con el RB7, un coche que despierta la imaginación. Coulthard nunca compitió en él. «Pero es un coche estupendo», dice el escocés. El RB7 es de 2011, el año en que Sebastian Vettel y Mark Webber corrieron para el equipo. Ese año, el alemán se convirtió en campeón del mundo por segunda vez.
«Por supuesto, todo es muy diferente ahora, incluso en comparación con mi tiempo como piloto», dice Coulthard. «Pero hacer demostraciones sigue siendo divertido». El elemento competitivo puede faltar, pero eso no le molesta. Riendo, dice: «Ese tiempo ha pasado. Quiero entretener a la gente con una carrera de exhibición, hacerles partícipes del placer de conducir un coche así. Siempre es bonito, desde Sarajevo hasta Assen; hay fans de la F1 en todas partes. Y los entiendo. Porque aunque yo conduzca estos coches, al final también soy un aficionado».
