Un año inicialmente bastante tranquilo recibe un giro inesperado gracias a Max Verstappen. Cinco editores y tres columnistas comparten brevemente su recuerdo personal de Verstappen en 2025. Parte 5, editor en jefe André Venema.
Durante meses, Max Verstappen insiste en que su estado de ánimo no se verá afectado si el quinto título mundial se le escapa. ‘No voy a llorar en Abu Dhabi’, asegura en la penúltima carrera en Qatar. Verstappen afirma estar ‘completamente relajado’. “Seré campeón o no lo seré. Así de simple”, dice al estilo Cruijff.
La remontada que Verstappen ha iniciado desde Monza y que le ha dado una visión de una próxima corona en las últimas dos carreras del desierto, parece haber llegado a un callejón sin salida el sábado en Qatar después de la carrera de sprint (cuarto) y la calificación subsiguiente para la carrera principal (tercero). Durante la sesión con periodistas holandeses, es como siempre realista en sus comentarios, pero se niega a darse por vencido mientras matemáticamente aún exista una oportunidad para el número cinco.
A pesar de su espíritu combativo y optimismo, su rostro refleja decepción. El milagro que tantos fans en todo el mundo aún esperaban parece en vano. Pero un fuerte golpe de varita mágica y un error estratégico de los vecinos reavivan la llama bajo las luces artificiales. ‘Controlado por computadora’, así es como el manager de Verstappen, Raymond Vermeulen, describe sus habilidades de conducción después de la carrera. Y la memoria aún no está llena.
