Gianpiero Lambiase, el ingeniero de carrera habitual de Max Verstappen, observa cómo después del viernes en la Ciudad de México, todavía queda un desafío para Red Bull. Aunque, según el ingeniero británico, para ambos bólidos de Red Bull no es un problema establecer un tiempo de vuelta competitivo en el Autódromo Hermanos Rodríguez, la degradación de los neumáticos y «el ritmo cuando los tanques están llenos» todavía causan preocupación.
Max Verstappen estuvo en el muro de boxes durante la primera sesión de entrenamientos libres en México, al igual que ocho de sus colegas de la Fórmula 1, mientras que el junior de Red Bull, Arvid Lindblad, pudo hacer kilómetros en su RB21. El piloto británico-sueco asumió así por segunda vez una sesión de Fórmula 1. Para el ingeniero de carrera habitual de Verstappen, Gianpiero Lambiase, también significó una voz diferente en sus auriculares.
«Arvid hizo un excelente trabajo en el coche durante la primera sesión de entrenamientos libres», elogia el ingeniero al novato en Verstappen.com. «Teníamos algunas piezas nuevas en el coche y él hizo un excelente trabajo recopilando los datos necesarios y manteniendo el coche intacto». Lindblad registró el sexto tiempo, siendo más rápido que el piloto habitual de Red Bull, Yuki Tsunoda.
Trabajo en progreso
En la segunda sesión, Max Verstappen volvió a ponerse al volante, donde principalmente tuvo que realizar long runs. «Creo que ambos coches pueden lograr un tiempo de vuelta bastante competitivo en una sola vuelta, como se vio en VT2, especialmente con Max», concluye Lambiase después del viernes. Las condiciones fueron más difíciles para el campeón del mundo que para Lindblad. «Por la tarde, una temperatura de pista de casi cincuenta grados nos dificultó mucho, tanto en términos de motor, refrigeración de frenos como de neumáticos. El desafío en el que estamos trabajando actualmente es encontrar esa combinación de la temperatura interna de los neumáticos y la temperatura superficial».
El británico sabe lo que queda por hacer para el equipo austriaco. «Por lo tanto, es el ritmo cuando los tanques están llenos en el que realmente debemos centrar toda nuestra atención. No estamos realmente satisfechos con la degradación de nuestros neumáticos y con el control de la temperatura de los neumáticos. Todavía tenemos que trabajar en eso».
