El Gran Premio de Singapur es conocido desde hace años como una de las carreras más duras del calendario. Los pilotos a menudo salen de sus coches exhaustos después de la carrera: empapados en sudor, sobrecalentados y a veces incluso deshidratados. No es de extrañar, por lo tanto, que la Fórmula 1 siga buscando formas de aliviar la carga física. Una de las innovaciones más recientes es el llamado chaleco de enfriamiento, una capa inferior delgada y activamente refrigerada que se usa debajo del traje de carreras. Sin embargo, no todos los pilotos están convencidos de inmediato.
Lewis Hamilton parece dudar principalmente del confort del chaleco de enfriamiento, a pesar de los posibles beneficios. «Nunca he usado el chaleco de enfriamiento durante una sesión oficial, pero lo intentaré», dijo el siete veces campeón del mundo en Singapur. «Es bastante incómodo. Pica bastante, así que no sé si quiero conducir con una prenda superior que pica».
Carlos Sainz, ya un veterano en el circuito callejero de Marina Bay, reacciona con calma. «Es una carrera de dos horas. Ya he hecho Singapur diez veces», dice el piloto de Williams. «Si el chaleco de enfriamiento se rompe o no funciona, no me preocupo. Simplemente hago la carrera y salto fuera fresco como siempre. Pero si funciona, por supuesto que es una ventaja, sufres un poco menos».
Hülkenberg sí está convencido
No todo el mundo es tan escéptico. Nico Hulkenberg señala el efecto que vio anteriormente este año en Alexander Albon. «Después de la carrera en Jeddah estaba agotado. Hacía un calor abrasador», recuerda la carrera en Arabia Saudita. «Estaba sentado junto a Alex en el avión después. Él había llevado ese chaleco y estaba fresco como una lechuga. Así que pensé: la próxima vez también usaré ese chaleco». Aunque el chaleco puede marcar la diferencia en teoría en condiciones de calor extremo, la práctica aún tiene que demostrar si realmente ofrece una ventaja durante la carrera. Una cosa es segura: según algunos pilotos, por el momento no es cómodo.
