Manipulación, fraude de seguros, evasión fiscal, conflicto de intereses y encarcelamiento. No son precisamente las competencias o características que se esperan de un Asesor Ejecutivo de una multinacional cotizada y que opera a nivel mundial. Se podría esperar que las empresas de esa escala hagan todo lo posible para cumplir con las normativas y no poner en peligro su reputación. Pero siempre hay excepciones…
Y así, Flavio Briatore (75 años, en la foto a la derecha) ha estado al frente del equipo de F1 de Alpine, una división del Grupo Renault, durante los últimos meses. Oficialmente no es el jefe del equipo, ya que carece de la licencia requerida de la FIA, pero en Renault no tienen reparos en establecer una estructura aparente. Formalmente, Briatore es Asesor Ejecutivo. De manera interina, debe poner las cosas en orden después de la repentina salida de Oliver Oakes a principios de mayo.
Oakes se fue a Dubai la noche del domingo después del GP de Miami por razones personales. Casualidad o no, su hermano (y socio) William había sido arrestado unos días antes con grandes sumas de dinero en efectivo bajo sospecha de lavado de dinero ruso y actividades criminales.
En Renault, la selección de nuevo personal podría ser un poco más rigurosa, me parece. Especialmente en el caso de Briatore, deberían haber evaluado cuidadosamente los posibles riesgos de un posible nombramiento con antelación, por ejemplo, en términos de daño a la reputación.
Porque seamos honestos, Flavio Briatore fue – y es – más que incorrecto. En la F1, tuvo éxito con Michael Schumacher en Benetton y más tarde con Fernando Alonso en Renault, pero será recordado principalmente como el genio maligno – junto con el director técnico Pat Symonds – detrás de Crashgate. Para aquellos que no lo recuerdan: en 2008, Nelsion Piquet Jr. recibió la orden de estrellarse deliberadamente durante el GP de Singapur para favorecer a su compañero de equipo de Renault, Alonso.El escándalo salió a la luz más tarde, lo que llevó a que el flamante italiano fuera suspendido de por vida de todas las actividades de automovilismo bajo la bandera de la FIA. Un tribunal francés revocó esta decisión más tarde, pero hasta este año no ocupó ningún cargo oficial en el paddock. Sin embargo, esto no le impidió visitar regularmente las carreras, especialmente en su capacidad de manager de varios pilotos, y sin ningún tipo de vergüenza.
En Alpine, la necesidad es grande y las opciones son escasas. De otra manera no se puede explicar que hayan decidido trabajar con alguien como Briatore. Por supuesto, el hombre aporta mucho conocimiento y experiencia y sabe mejor que nadie lo que se necesita para tener éxito: una gran boca, una amplia red, mucho dinero y dos buenos pilotos.
En este momento, Briatore solo tiene uno, Pierre Gasly. El segundo asiento en Alpine también es un problema importante, algo similar a lo que ocurre con Red Bull.
El año pasado, Gasly chocó dentro y fuera de la pista con Esteban Ocon, quien más tarde decidió huir. Esta temporada, Jack Doohan tuvo la oportunidad de competir en seis carreras antes de que Briatore, quien curiosamente es su manager, lo criticara sin ningún escrúpulo y trajera a Franco Colapinto. Colapinto no lo está haciendo mucho mejor y ahora él también está en la cuerda floja. Mientras tanto, Alpine sigue siendo el último en el campeonato de constructores. El enfoque francés no está dando resultados por el momento.
¿Y Briatore? Personalmente, me parece bastante agradable que esté de vuelta en el paddock. Aporta color al deporte de una manera poco convencional. Pero Renault, y también la FIA y la FOM, nunca deberían haber permitido que esto sucediera. Por cierto, en Renault ya están pensando en un jefe de equipo a largo plazo. Se ha mencionado el nombre de Christian Horner. Vaya, quién lo hubiera pensado…
