Generalmente, se considera que un ambiente de trabajo estable es un requisito para alcanzar un rendimiento óptimo. Sin embargo, en Red Bull, la estabilidad ha sido escasa durante el último año y medio. En este contexto, la renovación del título de Max Verstappen el año pasado puede considerarse un pequeño milagro. Sin embargo, la gran pregunta es cuánto tiempo más permanecerá en el equipo austriaco. La caótica situación interna de Red Bull, al menos, parece estar empujándolo hacia la salida.
La decisión de Red Bull -aunque aún no se ha confirmado oficialmente- de sacrificar a su compañero de equipo Liam Lawson después de sólo dos carreras ha disgustado al cuatro veces campeón del mundo. El neozelandés decepcionó tanto en la carrera inaugural en Australia (DNF) como el pasado domingo en China (vigésimo). Se dice que Verstappen abogó internamente por darle más tiempo al relativamente inexperto Lawson (22). Sin embargo, a partir de la próxima carrera, tendrá a Yuki Tsunoda como nuevo compañero de equipo.
Red Bull ha sido una fuente constante de inestabilidad durante el último año y medio. La temporada pasada también estuvo llena de conflictos, lo que tuvo (y tiene) un impacto en la dinámica del equipo. Recordemos las acusaciones de comportamiento inapropiado por parte de una empleada contra el jefe del equipo, Christian Horner, la lucha interna por el poder, la disputa pública entre Horner y Jos Verstappen, la amenaza de despido del hombre de confianza de Verstappen, Helmut Marko, los patrocinadores insatisfechos y -como resultado directo o indirecto de todo esto- la salida de varias figuras clave, como el diseñador jefe Adrian Newey, el director deportivo Jonathan Wheatley y el experto en aerodinámica Dan Fallows.
Un ambiente de trabajo tóxico
El difícil comienzo de temporada de Red Bull, y en particular de Lawson, tiene mucho que ver con el estado del RB21. Se sabe que el coche es difícil de manejar, pero lo más importante es que simplemente es demasiado lento. Por supuesto, Lawson no lo hizo bien en las dos primeras carreras, pero con un coche inferior y en un ambiente de trabajo tóxico, es muy difícil para un novato mantenerse a flote.»Hace medio año, en Red Bull estaban entusiasmados con Liam Lawson y sus actuaciones en el equipo de formación. Por esa razón, se le dio preferencia para el segundo asiento junto a Max Verstappen en lugar de Tsunoda, quien en los ojos de Horner y Marko, entre otros, aún era demasiado imprudente. Sin embargo, después de dos carreras en 2025, esa opinión ha cambiado completamente y es suficiente para descartar a Lawson, como tantos otros antes que él.
La pregunta es qué piensan en la sede de Red Bull sobre todo este asunto. El despiadado desmantelamiento de Lawson no merece ningún premio y supone un riesgo para la reputación de Red Bull. Después de todo, esta no es la forma en que una empresa debería tratar a sus empleados. Más aún, la reprimenda pública a Lawson y el temprano ‘intercambio’ con Tsunoda, puede ser considerado, por decirlo suavemente, inapropiado.
Dar confianza
Por supuesto, la Fórmula 1 es en muchos aspectos incomparable con el mundo empresarial normal, pero también hay una similitud importante: se trata de personas. Podrían haberle dado a Lawson confianza y tiempo. O deberían haberlo hecho. Además, la elección de Tsunoda también conlleva sus propios riesgos.
Volviendo a Max Verstappen: tiene un contrato en curso con Red Bull hasta 2028, pero las cláusulas de rendimiento le ofrecen una salida a otro equipo. Y cada vez es más difícil encontrar razones por las que Verstappen debería quedarse en Red Bull después de esta temporada. Él mismo ha estado diciendo durante mucho tiempo que lo más importante es que vuelva la calma, pero eso todavía está muy lejos.
¿El último empujón?
La dinámica dentro del equipo ya no es lo que solía ser. Además, el coche actualmente no es lo suficientemente rápido y es muy cuestionable cómo se desarrollará esto, ya que la colaboración con el proveedor de motores Honda termina después de esta temporada. A partir de 2026, cuando entre en vigor el nuevo reglamento de motores, el equipo dependerá de su propia división de motores, Red Bull Powertrains, con el apoyo de Ford. Los primeros informes sobre el progreso de este proyecto no son prometedores.
En otras palabras, Max Verstappen se estará preguntando más que nunca si no es el momento de embarcarse en una nueva aventura. Tal vez la forma en que el equipo ha tratado a Liam Lawson sea incluso el empujón decisivo…»