El talento de Mercedes, Andrea Kimi Antonelli, siente cada vez más la presión que conllevan los rumores sobre su futuro en la F1. El joven italiano intenta disfrutar al máximo de todas las oportunidades que se le presentan y comparte cómo fue su primera experiencia al volante de un coche de F1.
El piloto de Fórmula 2, Antonelli, ha experimentado un rápido ascenso a través de las categorías de formación, pasando directamente a un asiento de F2 después de la Formula Regional. El joven italiano aún no ha cumplido los dieciocho años, pero ya se le considera el posible sucesor de Lewis Hamilton en Mercedes. Antonelli admite honestamente que esto conlleva cierta presión.
«Creo que siempre hay un cierto grado de preocupación, la perspectiva de no poder rendir asusta a todos», dice Antonelli. «Mi enfoque es verlo como una gran oportunidad para aprender, crecer y también disfrutar del momento.»
El joven piloto Antonelli confía en su potencial para la F1
El joven piloto actualmente ocupa el séptimo lugar en el campeonato F2, pero confía en que Mercedes vea su potencial. «Estoy muy tranquilo, si se presentara la oportunidad de debutar en la F1, la tomaría con entusiasmo e intentaría hacer lo mejor posible», dice Antonelli. «Últimamente ha habido cierta presión sobre mí con todos los rumores sobre el próximo año, pero siempre he intentado disfrutarlo».
Antonelli cada vez más cómodo en el monoplaza de F1
Una de esas oportunidades para Antonelli llegó temprano en la temporada, cuando el italiano se enteró de que podría probar un monoplaza de Fórmula 1 de Mercedes en 2024. «Durante la prueba de pretemporada en Bahrein, me dieron los datos y en ese momento me dije a mí mismo: ‘¡Vas a conducir un coche de F1!’ Fue un momento muy especial, porque había un día y un circuito, en blanco y negro», recuerda el piloto de Fórmula 2.
Desde entonces, Antonelli ha estado en un monoplaza de Mercedes varias veces, y al joven piloto le gusta. «Un coche de F1 te da mucha confianza, y una dificultad que encontré fue encontrar el límite. Cada vez que pido un poco más, el coche me lo da. Llegará un momento en que no se pueda exprimir más, ese será el límite, pero es una ventana muy estrecha», explica el italiano. «Cuanto más crece la confianza en el coche, más cómodo me siento».